Proyecto Mi donación

Introducción

Desde el principio de la humanidad, muchos microbios y gérmenes encontraron en nuestros organismos las condiciones ideales para vivir, unos lo hacen de forma amistosa, sin causar ningún daño, otros nos colaboran de diferentes maneras llegando inclusive a ser indispensables en nuestras vidas. Sin embargo, existen otros que son agresivos y provocan molestias que en algunos casos atentan contra nuestras vidas, varios de esos microbios tienen preferencia por las mucosas y regiones genitales, siendo imposible en algunos casos que puedan sobrevivir fuera de esos ambientes.

El conjunto de esas enfermedades que afectan los órganos sexuales son conocidas popularmente como "Enfermedades venéreas" y están con el ser humano acompañando su propia historia.

DATOS HISTORICOS

Los romanos las denominaban "morbus incidens" y cuando realizaban sus invasiones ya usaban unos preservativos hechos de tripa de carnero que un pastor anónimo los llamo "camisa de Venus".

Las escrituras del viejo testamento (Levíticos. Cap. 15) se refieren a la gonorrea como algo impuro. A fines del siglo XVI Jacques de Bitencourt las denominaba "enfermedades venéreas".

Posteriormente Siboulei emplea una expresión menos preconceptuosa al denominarlas "efectos colaterales del amor".

A lo largo de la historia, muchos personajes, artistas, miembros de la realeza, militares y otros, cayeron víctimas de estas enfermedades que en ese entonces eran fatales.

Con la llegada del microscopio, se hizo posible la identificación de los microbios causantes, dando un gran paso en el conocimiento de estas enfermedades.

Pero fue después de la segunda guerra mundial, con la llegada de los antibióticos que se pudieron controlar varias de estas molestias, principalmente la sífilis que de mortal paso a ser curable. Una gran conquista.

CONTRACULTURA

Durante la década del 60, el movimiento social liderado por los jóvenes promueve una serie de cambios en el comportamiento social y sexual, como consecuencia se abren las puertas a la promiscuidad y al intercambio de parejas. Es la época del amor libre.

Se encuentran disponibles las píldoras anticonceptivas que permiten liberar las actividades sexuales sin el temor a los embarazos no deseados.

La homosexualidad (que siempre había) se establece en grupos sociales que pasan a luchar por sus derechos en una serie de manifestaciones multitudinarias.

Acompañando a todos esos eventos, resurgen nuevamente y de forma epidémica las "enfermedades venéreas". Recientemente se adopta el nombre de Enfermedades de Transmisión sexual (ETS) para agrupar a estas molestias que tienen en las relaciones íntimas, su principal forma de contagio.

Objetivos Específicos De Este Sitio:

Poder ver y descubrir las consecuencias al sexo LIBRE.

Aprender cuales son las enfermedades que se contraen con el uso desenfrenado o sin planificación del Sexo.

Comprender cada enfermedad venérea y poder saber como evitarla.

Al creer estar infectado poder saber y perder el miedo a los Doctores.

LA MASTURBACION MASCULINA

Masturbación Masculina:
Cuando un varón llega a la adolescencia empieza a atravesar importantes cambios en sus emociones. La conciencia sexual se acentúa e intenta liberar la tensión erótica mediante la masturbación, esto se acentua cuando no tiene pareja. Muchos hombres continúan masturbandose durante toda su vida, incluso cuando mantienen relaciones con otra persona. Según diversos estudios, un 94% de hombres se han masturbado alguna vez hasta llegar al orgasmo. Mediante la experiencia personal se aprenden las técnicas y ritmos que dan mejor resultado. De esta forma el hombre conoce sus respuestas y se puede anticipar al orgasmo. El uso de lubricantes reduce la fricción y puede hacer que aumente el placer.

El método clásico
En general, el hombre se masturba sujetando con una mano el cuerpo de la verga e imprimiendo un movimiento rítmico de vaivén, al mismo tiempo que acaricia el tallo de arriba a abajo. La mayoría estimula también el glande y el frenillo (bajo el glande, en la parte inferior). Algunos consiguen llegar al orgasmo frotando el glande cada vez más rápido. Para otros, con una sensibilidad extrema, esta maniobra puede ser dolorosa. El nivel de presión, la rapidez y la amplitud del movimiento varian de un individuo a otro.

Lo más importante es el ritmo: la regularidad crea la tensión sexual. También puede acariciar, masajear o sujetar los testículos al mismo tiempo, o frotar el periné (zona situada entre los testículos y el ano). Presionar la base del tallo aumenta la sensibilidad y facilita la erección. Para cambiar, acaricie suavemente con los dedos el pene y los testículos hasta tener una erección, luego utilice 2 o 3 dedos y el pulgar, en lugar de utilizar toda la mano, para efectuar el movimiento de vaivén.

Un poco más difícil: intente mantener un dedo en el frenillo, deslizando los otros dedos y el pulgar por encima del pene, en un movimiento corto. Para estimular zonas diferentes, basta con efectuar el movimiento girando la muñeca y la palma del otro lado del pene.

El orgasmo.
Se suele tardar entre 2 y 5 minutos en alcanzarlo. Aunque depende del estrés, el cansancio y la excitación. La mayoría acarician el pene (o frotan el glande) cada vez más rápido cuando sienten que va a llegar el orgasmo. Otros sujetan sus testículos o la base del tallo mientras están eyaculando. Si desea retardar la eyaculación, debe ir más despacio o detener el movimiento, y luego volver a empezar. La sensación de placer durará más y el orgasmo será, sin duda, más intenso (aunque, al contrario, puede resultar menos fuerte si lo ha retardado durante demasiado tiempo). Cuando el hombre llega al orgasmo, ralentiza o detiene la estimulación. En ese momento, el pene y, sobre todo, el glade son extremadamente sensibles.

Para aumentar la excitación y el placer.
Puede masturbarse en la cama, en el sofá, etc., pero también de pie o delante de un espejo: eso no quiere decir que sea narcisista y, en cambio, puede contribuir a aumentar la excitación. Los "auxiliares", revistas y películas porno, no son precisamente muy "eróticas". Las fantasías sexuales son un estimulante mucho más eficaz. Algunos hombres se sientan incluso sobre sus manos antes de masturbarse. Así, las manos estarán medio dormidas y resulta más fácil imaginar que es otra persona quien le está acariciando.

Utilización de un gel lubrificante.
Muchos utilizan la saliva para lubrificar el sexo; de esta forma las sensaciones de la masturbación se parecen más a las de una penetración. Sin embargo, a veces la saliva no es suficiente. La mejor solución es utilizar una leche hidratante, o mejor, un lubrificante a base de agua. Además de ser (casi) interminables, proporcionan una sensación diferente, ya que permiten un frotamiento más intenso con toda la palma de la mano directamente sobre el glande (parte muy sensible). El lubrificante a base de agua evita que los penes sensibles se irriten.

Con una almohada para más realismo.
De pie o de rodillas con una almohada doblada delante de usted, de tal forma que simula la cavidad vaginal y le permite fantasear con el coito. También puede colocar la almohada a la altura de la ingle, frotando el pene de adelante hacia atrás y hacia arriba. Esta técnica permite aumentar la excitación. Justo antes del orgasmo, puede pasar, si lo desea, al método clásico o a una estimulación más directa. Si no, acelere el movimiento como durante el coito. Gracias a esta técnica podrá dar un toque realista a sus fantasías.

Con un "Sexy Toy".

Los masturbadores o estimuladores de látex cubren todo o parte del pene, permitiendo la estimulación de todo el sexo. Los hay que incluyen un vibrador de pilas, normalmente de velocidad variable, que aporta una sensación nueva de masaje. El material empleado (látex y derivados) es muy suave, y los progresos tecnológicos han llegado a recrear materiales sorprendentes, muy parecidos a la piel humana. Su forma varía: simples y prácticos, o más "reales" y con forma de vagina. ¿Y las muñecas hinchables? ¡Por qué no! Muchos hombres son decididos partidarios de las muñecas. Se deben escoger los modelos de látex y no los de plástico simple, con los que hay que ser mucho más imaginativos. Asimismo, numerosos artilugios "penetrantes" pueden ayudar a estimular el ano, la próstata y el punto G masculino. Pero no todos están dispuestos a realizar estas estimulaciones que, sin embargo, son completamente naturales...

Bajo la ducha para prolongar el placer.
De pie o sentado, podrá utilizar el jabón o el champú como lubrificantes. Sin embargo, es mejor evitar cualquier irritación; escoja de preferencia un lubrificante que no dañe la piel. La presión del agua sobre el glande y el pene es una sensación muy voluptuosa. Con esta técnica estimula todo el cuerpo: puede comenzar enjabonándose como lo haría su pareja, luego se puede masajear el ano, el periné, el escroto y los testículos, antes incluso de tocar al pene. Puede continuar con el método clásico . Dado que el pene y el glande no han sido estimulados i
nmediatamente, puede que necesite un poco más de tiempo para llegar al orgasmo. Otra ventaja: el "lavado automático" ¡ Ya no necesita limpiar el esperma con un pañuelo después de la eyaculación !

¿Cómo masturbar a un hombre?

La masturbación es de gran ayuda para que las personas mayores alcancen la erección. Con suaves caricias puedes llegar a alcanzar el orgasmo, pero el pene también admite una estimulación con menos sutileza. Rodea el cuerpo del pene con la mano y mueve la piel arriba y abajo ritmicamente, la velocidad, duración del movimiento y la presión a ejercer depende de cada persona, comentalo con tu pareja para que te indique lo más adecuado. El frenillo, zona justo debajo del glande con el pene erecto, puede resultar muy estimulante. A medida que tu pareja va llegando al orgasmo aumenta la velocidad de los movimientos. Tras la eyaculación el glande se vuelve muy sensible por lo que hay que dejar de apretar. Estimulación de los testículos Para casi todos los hombres es muy relajante que les acaricien los testítulos, eso sí, siempre con suavidad. Coje el pene con la mano y usa la otra para cubrir y recorrer los testículos y acariciar la zona entre los testículos y el ano. Esta zona es muy sensible. El escroto (bolsa que contiene los testículos) es como si fueran los labios exteriores de la mujer, por eso aunque las caricias y los besos produzcan sensaciones muy agradables, no es probable que desemboquen en un orgasmo.

LA MASTURBACION FEMENINA

¿Es la masturbación cosa de hombres?
Los chicos se masturban, solos o en grupo; lenta o rápidamente; en una postura o en otra, pero el caso es que los chicos se masturban.
Pero ¿y las chicas? Siempre se consideró que la masturbación era cosa de hombres. De hecho aún hoy parece que lo sea. Apenas se habla de masturbación femenina.
¿Qué hay de malo en procurarse placer a una misma? Nada. Nada de lo que avergonzarse, nada de lo que sentirse culpable. Masturbarse debería considerarse algo natural, algo primordial que forma parte de nuestras vidas, exactamente igual que comer o dormir. Hay muchas razones para autosatisfacerse, aunque luego no se lo cuentes a nadie. Básicamente es liberador, divertido y sano, muy sano (hasta la OMS. ensalza sus virtudes)


Entre un 70 y un 82 por ciento de las mujeres se masturba hasta el orgasmo alguna vez en su vida. Muchas empiezan pasados los 20 años, o cuando ya han realizado el coito. Es posible que algunas mujeres no se masturben nunca. La frecuencia suele variar dependiendo de las circunstancias, pero la investigación demuestra que las mujeres que mantienen una relación sexual activa, se masturban tanto como las que no la mantienen. La masturbación es un excelente modo de descubrir tus respuestas sexuales, además de satisfacer tus deseos. La masturbación es una experiencia muy personal y privada. Muchas mujeres descubren masturbandose formas mejores de excitarse y de llegar al orgasmo durante el coito, incluso puede contribuir a que algunas experimenten orgasmos múltiples. Hay mujeres que se tumban quedandose quietas al masturbarse, usando las manos sólo con los genitales. Otras prefieren moverse vigorosamente y acariciarse los pechos con las manos, además de los genitales. También se puede recurrir al uso de lubricantes para ayudar a que los dedos se deslicen, intensificando el placer de la masturbación.

¿Cómo masturbar a una mujer?
Las necesidades sexuales de cada mujer varían ampliamente, cada mujer tiene sus propias preferencias y deseos. Lo mejor es descubrir cuales son las necesidades de tu compañera, para ayudarte puedes pedirle que te guíe su mano y te enseñe lo que más le gusta. No es necesario que te concentres sólo en los genitales, recuerda también los senos y el ombligo. Acaricia el prepucio del clítoris de tu compañera, primero por un lado y después por otro, acordandote de variar el ritmo y la presión. Es fundamental que las presiones sobre el clítoris sean pequeñas para no reducir la estimulación. Los labios menores o internos son muy sensibles al tacto. Acaricia la vagina con toda la mano y si la lubricación es adecuada introduce tus dedos en el interior de la vaginas.

MASTURBACIÓN MUTUA
La masturbación mutua es una buena manera de preparar el camino hacia el coito, o continuar cuando el camino hacia el coito completo resulta dificil, por enfermedad, por encontrarse en la última etapa del embarazo o bien por que a uno de los dos no le apetece sexo con penetración Gracias a las manos se pueden realizar movimientos de una gran precisión, que harán que los dos disfrutéis de las mejores sensaciones juntos. Mediante caricias descubrirás con todo detalle el cuerpo de tu pareja. Y mediante estos pequeños juegos podrás expresar de forma libre tus deseos y prefencias, haciendole saber a tu pareja lo que más te gusta.

EL PUNTO G MASCULINO

Los hombres también tendrían su Punto G

Al parecer ésta zona o glándula no está a la vista. Para acceder a esa zona el hombre debería permitir que su pareja haga algo similar a lo descrito para la ubicación de ese punto en la mujer, pero en éste caso por el único orificio disponible: por el ano, lo cual dificulta su conocimiento en nuestra cultura. No obstante proliferan negocios que venden toda clase de aparatos para estimular estos puntos en ambos sexos.

Uno de los métodos para llegar al orgasmo es la estimulación erógena y los expertos en sexología han comprobado que las áreas que provocan más excitación en la mujer son la boca, a través de los besos, ya sean suaves o apasionados; desde el nacimiento del cabello hasta la frente; las sienes, las cejas, los párpados y las mejillas. Una bomba atómica son el lóbulo de la oreja, el cuello, los senos y el área alrededor del ombligo. Y para culminar, el punto máximo femenino es el clítoris, donde la sensibilidad y el placer se unen.
Para el hombre, carente del llamado punto G, las caricias en los genitales son estímulos que provocan una excitación inmediata, muy parecida a la que puede recibir la mujer cuando se le estimula esa zona rugosa de la vagina que los expertos definieron como punto G.

Los hombros, las palmas de la mano, la espalda, el pecho y los pezones son sus otros puntos débiles en la intimidad. El frenillo, zona justo debajo del glande con el pene erecto, puede resultar muy estimulante. Pero sin duda alguna el hombre encuentra en los testículos uno de los llamados puntos G.

Para casi todos los hombres es muy relajante que les acaricien los testículos, eso sí, siempre con suavidad. Para experimentar placer se debe de coger el pene con la mano y usar la otra para cubrir y recorrer los testículos y acariciar la zona entre estos y el ano. Esta zona es muy sensible. El escroto (bolsa que contiene los testículos) es como si fueran los labios exteriores de la mujer, por eso aunque las caricias y los besos produzcan sensaciones muy agradables, no es probable que desemboquen en un orgasmo.

La localización del punto G en la mujer es mucho más complicada. Para ello, se debe mover el dedo hacia arriba y hacia abajo, adentro y afuera, la presión debe ser rítmica, fuerte y sostenida por 4 o 5 minutos. Muchos hombres se desesperan y muchas mujeres dicen no sentir placer por que no dan el tiempo suficiente para estimular esta zona; si se ha detectado bien, la mujer siente deseos de orinar en un principio, algo parecido a lo que le sucede al hombre cuando se le estimulan los testículos. En el caso de la mujer se debe detectar este punto antes de la penetración.

En las mujeres es importante tener bien fortalecidos los músculos vaginales que son los que rodean la vagina y el ano. Estos músculos se fortalecerán con los ejercicios de Kegel, que ha visto que la estimulación, no solo puede ser por vía vaginal. En los hombres de igual manera la sensación de placer será mayor cuanto más fortalecidos tengan el pene y los testículos. En ambos casos la estimulación del punto G no es más que una masturbación que consiste en procurarse placer sexual uno mismo.

Los hombres podrían disfrutar de una parte de su cuerpo equivalente al Punto G en la mujer, la glándula prostática, aunque no se suele estimular por el lugar en el que está (está escondido y los hombres no se suelen dejar tocar esa zona).

Esta glándula no está a la vista, y para muchos de los hombres nunca existirá porque no se dejarán tocar su Punto G. Para acceder a él hay que introducir un dedo en su ano unos cinco centímetros y presionar hacia delante (hacia su pene) un pequeño abultamiento que se debe notar a esa altura.

Quienes lo han probado no dudan en repetir, aunque son muchos los que no quieren descubrir este punto por miedo. Todavía quedan estos tabúes, pero cada pareja es libre de experimentar. El consejo de los expertos es utilizar un preservativo u otra cosa para lubricar la zona y evitar hacer daño.

EL PUNTO G FEMENINO

El punto G

Nuestra mitología erótica incluye miles de narraciones en las cuales da cuenta de la existencia de un punto secreto dentro del órgano sexual femenino sobre el que se centra la excitación sexual. Hoy esa creencia está científicamente probada. El punto G o G-Spot en Inglés es embriológicamente un equivalente de la próstata en el hombre, descubierta por el médico alemán Ernst Grafenberg quién escribió la obra acerca de “Una Zona Erótica Femenina”, ubicada en la pared anterior de la vagina a lo largo de la uretra, la cual se hincha mediante la estimulación sexual. Todas las mujeres lo tienen pero ello no significa que todas se estimulen positivamente y es más: a algunas mujeres les desagrada.

El punto G implica que ciertas células del embrión humano se desarrollan de una u otra forma dependiendo de si corresponde a un varón o a una hembra. Así en las niñas, en la zona donde podría haber estado la próstata aparece la zona del punto G. Algunas autoridades médicas son escépticas sobre la existencia de éste punto pues es muy difícil de ubicar mediante autopsias y solo adquiere un tamaño relevante mediante la excitación sexual.



El punto G se halla ubicado a lo largo de la parte superior frontal de la pared vaginal, avanzando unos cinco centímetros hacia el estómago. La mejor forma de localizarlo es insertar uno o dos dedos algo doblados hacia arriba. Realice un movimiento como queriendo decir con un gesto “ven aquí”. El área es del tamaño de un pequeño garbanzo pero que al excitarse adquiere el tamaño de una nuez y es probable que al ser estimulada la mujer sienta necesidad de orinar. Eso es porque al igual que la próstata cuando se agranda presiona nervios que controlan la vejiga urinaria. Si continúa la estimulación la molestia es reemplazada en muchas mujeres por una sensación placentera.

Y más aún, algunas mujeres pueden llegar a experimentar orgasmo, incrementando en otras la longitud del orgasmo y habilitando multi-orgasmos.

ESTIMULACION DEL PUNTO G

Descúbrete Descubre los misteriosos rincones de tu cuerpo. Como quiza ya sepas, el punto G femenino forma parte de tu anatomía y es un tejido que se encuentra en la pared frontal de la vagina, a aproximadamente cinco centímetros de su entrada.

Es sumamente sensible porque está rodeado de terminaciones nerviosas y la mejor manera de estimularlo es explorarlo y tocarlo, o tener una penetración por detrás durante el acto sexual.

Este enigmático y pequeño espacio de la anatomía femenina, se considera el foco de la máxima excitación en la mujer. Es una masa compuesta por nervios, situada a dos o tres pulgadas de la entrada de la vagina, y de forma parecida a un fríjol. Su tamaño es, aproximadamente, el de una moneda mediana, aunque su localización y dimensión, pueden variar entre una mujer y otra.

Descubrir el Punto G, sin embargo, no es una tarea fácil, por lo que algunas mujeres llegan a creer que no lo poseen. Aquellas que sí lo han encontrado, dicen disfrutar mucho la posición de “perrito” durante el acto sexual, ya que le permite al pene del hombre, un mejor acceso a la pared del frente de la vagina, donde se encuentre dicho punto. Una presión firme, un ritmo rápido y mucha fricción, facilitarán el logro del orgasmo del Punto G. Es curioso cómo muchas mujeres, sienten una sensación parecida al deseo de orinar, cuando se comienza a estimular el punto, por lo que te recomendamos ir al baño antes de comenzar a hacer el amor. Es posible, además, que eyacules una pequeña cantidad de un líquido blanco o transparente, cuando llegues al clímax. Tal vez, a tu pareja y a ti, les cueste un poco de trabajo encontrar el “mágico Punto G” pero sin embargo, vale la pena, pues podrán adicionar placer, experiencia y nuevas sensaciones a la relación sexual. Así que, ¡inténtalo! ¡No pierdas la oportunidad de experimentar un nuevo tipo de orgasmo!


Sin embargo, en años recientes se ha descubierto que el hombre también cuenta con un ‘sitio estratégico’ de sensibilidad extrema que si se sabe explorar, puede ser
estimulado para desencadenar orgasmos de dimensiones no experimentadas.

Muchos hombres no quieren descubrir este punto por considerarlo antihigiénico o por miedo a perder algo de su masculinidad, pero la realidad es que quienes lo han probado no dudan en repetir esta experiencia extremadamente satisfactoria.

Se le ha llamado el punto G masculino, aunque en realidad se trata de la próstata, una glándula que genera el líquido seminal que transporta a los espermatozoides.

Atrévete a estimularlo

Si recibe un adecuado masaje, la próstata incita al hombre al orgasmo. Sin embargo, él no puede estimularse a sí mismo tan fácilmente, ya que su punto G está dentro del recto, por lo tanto será necesaria tu colaboración. ¿Quieres tratar? ¡Lo volverás loco!

* Podrás sentir la forma de nuez que tiene la próstata si introduces con toda suavidad y delicadeza un dedo por el conducto anal y lo guías a través de su pared frontal.

* Aproximadamente a cinco centímetros presionas hacia adelante, es decir, hacia su pene hasta notar el pequeño abultamiento a esa altura.

* La posición que facilitará esta actividad es estando él acostado boca arriba con las rodillas contra el pecho, que para él será más excitante si tú lo pones en esa postura e inicias la exploración.

* Dale un suave y pausado masaje hasta que lo hagas llegar al orgasmo, que será mucho más intenso que uno normal.

Es importante insistir en que es sumamente delicado emplear el tacto en la zona anal, pues es un tejido muy susceptible de lastimarse si lo no lo haces con sutileza o si no empleas un lubricante.

¿Quieres que él goce el doble? Prodúcele un mayor placer estimulando su punto G al mismo tiempo que le practicas sexo oral o cuando él te esté penetrando.

Sugerencias importantes

Atrévete a darle a tu amor el enorme regalo de experimentar un nuevo placer desmedido. Pero es muy importante que antes tengas en cuenta los siguientes consejos:

* Evita molestias o heridas teniendo las uñas bien recortadas.

* Usa guantes de látex o un preservativo para una mayor protección.

* Aplica en el dedo un lubricante a base de agua que encontrarás en cualquier farmacia.

* Antes de introducirlo, toca suavemente la parte externa del ano, haciendo círculos.

* Introduce la punta del dedo un centímetro dentro del conducto anal y gíralo pausadamente haciendo círculos en su interior.

* Pregúntale a cada instante qué sensaciones que le produce cada movimiento.

Aumenta el Placer

Descubre nuevas formas de placer. El goce que produce la contemplación del cuerpo de la pareja se puede multiplicar infinitamente si se agregan caricias, besos y abrazos en el momento de la relación sexual. ¡Basta ya de sentirte reprimida! Es hora de dialogar con tu pareja sobre dónde y cómo te gustaría que te tocara para que ambos puedan disfrutar a plenitud y sin obstáculos del sexo.

Uno de los métodos para llegar al orgasmo es la estimulación erógena, y los expertos en sexología han comprobado que las áreas que provocan más excitación en la mujer son la boca, a través de los besos, ya sean suaves o apasionados; desde el nacimiento del cabello hasta la frente; las sienes, las cejas, los párpados y las mejillas. Una bomba atómica son el lóbulo de la oreja, el cuello, los senos y el área alrededor del ombligo. Y para culminar, el punto máximo femenino es el clítoris, donde la sensibilidad y el placer se unen.

Para el hombre, las caricias en los genitales son estímulos que provocan una excitación inmediata. Los hombros, las palmas de la mano, la espalda, el pecho y los pezones son sus otros puntos débiles en la intimidad. Con estos datos en cuenta, desde hoy comienza una nueva etapa en tu relación, y pídele a tu pareja que te ayude a localizar los rincones de sus cuerpos donde se esconde el placer. Comiencen la exploración erógena con besos en las manos y los dedos en un ambiente relajado, y extiéndanlos por todo el cuerpo. Mientras más se prolongue y se esmeren en el juego previo, mejor será el resultado final. Apresurarse y perder el tiempo quitándose la ropa inmediatamente, restará placer y beneplácito.

LOS JUEGOS SEXUALES

El Yoghourt

Comerte un yoghourt con tu pareja puede convertirse en todo un placer.
Retira muy lentamente la tapa, mientras recuerdas a tu pareja que no tienes cuchara para comerte el yoghourt, desnudala, y utiliza su cuerpo como receptor de pequeñas cantidades de yoghourt que irás comiendote poco a poco.
Ofrecela pequeñas cantidades con tu boca.
Utiliza sobre todo sus principales zonas erógenas.
Cuando termines, proponla que te utilice a ti como cuchara.

Espejos

Puedes hacer el amor en una sala o habitación con espejos, de esa forma podrás captar los gestos y movimientos de tu pareja, convirtiendose en una esperiencia muy excitante, y aporta un elemento de voyeurismo sin que nadie más esté presente.
También puedes imaginar que estás actuando frente al público.
Las posibiliades son maravillosas para los/las más exhibionistas.
Si te cuesta verte haciendo cosas frente al espejo, puedes probar a ponerte una máscara, de esta forma el anonimato te permitirá alcanzar nuevas sensaciones de erotismo.

Sumisión

Para muchos hombres es muy excitante tumbarse y dejar que la otra persona tome el control.
Puedes interpretar el papel de ama, mientras el hombre hace de esclavo.
Debes mostrarte inflexible, creando un ambiente de suspense y dejando claro que eres la que manda y que él está indefenso y a tu merced:
- Tapale los ojos y atale las manos con una cuerda suave, hazle saber que tiene que estarse quieto.
- Una vez a tu merced, provócalo, aumentando su excitación.
- Desátalo y ordénalo que te desnude lentamente, sin tocarte, siguiendo constantemente tus instrucciones.
Si lo hace mal, le castigarás con unos azotes.
Si lo hace bien, la recompensa será sexo.

La bandeja de frutas

- Prepara una bandeja con frutas, acompañandola con un delicioso vino muy frío.
- Podeis turnaros para daros de comer.
- Dedicate a comer y chupar el vino del cuerpo de tu pareja, puedes hacerlo con largos lametones con la lengua.
Existen muchas variantes, puedes también "pintar" el cuerpo de tu pareja con nata o miel, extendiendola con movimientos lentos y sensuales por los pezones, abdomen o la zona genital.
También puedes colocar fruta cerca de los genitales de tu pareja y comertela lentamente, de forma provocadora, tocando la zona genital con la lengua.

LAS FANTASIAS SEXUALES

Gran parte de la actividad sexual de las parejas que conviven es "sexo rutinario". Relaciones sexuales que pueden ser muy afectivas, pero que necesariamente carecen de la pasión que se siente en los primeros encuentros con una persona nueva. Las parejas que conviven ven apagarse por momentos los fuegos de los primeros tiempos y asisten un poco desconcertadas a una sucesión de relaciones sexuales un poco insípidas. Esto no tiene nada que ver con el amor que puede seguir desarrollándose y ser más intenso de lo que era en los comienzos. Es solo que pasa el tiempo y lo que era novedad ya no lo es y si se le suman las rutinas del trabajo; los chicos y mantenimiento de la casa, no hay romanticismo ni pasión sexual que resistan tanta presión y tanta familiaridad. Es ahí donde la aparición y el mantenimiento de las fantasías pueden ser una interesante manera de recuperar erotismo.

¿Qué son las fantasías?

Las fantasías sexuales son productos de la imaginación que todos somos capaces de crear. Desde la infancia en más, la mayoría de la gente tiene fantasías sexuales que sirven para una variedad de funciones y que pueden despertar una amplia gama de reacciones. Algunas son placenteras y excitantes mientras que otras pueden resultar desconcertantes y hasta incomodas. Una función esencial de la fantasía en la adolescencia es servir como ensayo, verse realizando acciones sexuales que aun no han transcurrido; por eso el adolescente pasa largo tiempo imaginando diferentes escenas eróticas con personajes de la ficción o con alguien conocido al que le resulta difícil acercarse.

El uso adulto de la imaginación sexual es muy variado. Muchas veces es usada para inducir o aumentar la excitación sexual, cosa que puede suceder en solitario cuando no hay un compañero disponible pero también es común que sea usada durante la actividad sexual con alguien. Otros la usan para incrementar la excitación y convertir la situación actual, en una más apasionada. Las fantasías pueden aumentar tanto los aspectos fisiológicos como los psicológicos de la respuesta sexual, de muchas maneras: contrarrestando el aburrimiento, focalizando los pensamientos y sentimientos (borrando distracciones o presiones), mejorando nuestra propia imagen, etc. Las fantasías sexuales también promueven un ambiente seguro para dejar ir la imaginación y que surjan con fuerza los sentimientos sexuales. Son seguras porque son privadas y ficticias: la privacidad asegura que las fantasías no serán descubiertas mientras que el aspecto inventado de las fantasías nos libera de responsabilidad y nos permite jugar con ellas. Y como somos el director de la escena, podemos suspenderlas abruptamente si no nos gustan o cambiarles el rumbo. Las escenas fantaseadas, si bien solo son excursiones de la mente, ayudan a encontrar excitación, aventura, autoconfianza y placer.

De esa manera se recrean escenas que pasaron y armamos otras con cosas que deseamos pero no hacemos, por que no nos atrevemos; o porque nos asustan; o porque simplemente queremos que permanezcan como fantasías. Alguna gente las tiene más desarrolladas y otros no.

Parece que en general los hombres fantasean más que las mujeres, pero las mujeres también fantasean J. Money, un experto en sexualidad, dice que todos desarrollamos un "mapa de amor", un mapa mental que tiene las características del amado y también las actividades sexuales y afectivas que nos resultan más eróticas. Ese mapa es como las huellas digitales de la personalidad sexual de cada uno de nosotros, las cosas que nos excitan sexualmente son únicas si bien es cierto que compartimos gran parte de ellas con el resto de las mujeres y otro tanto les sucede a los hombres. Las fantasías sexuales completan el mapa de amor agregan las pistas que le faltan pero por sobre todo "entretienen la cabeza", permiten que nos concentremos en las sensaciones placenteras, sin censuras y aumentando la posibilidad de excitación erótica. La fantasía y el deseo sexual a veces pueden aparecer juntos y ser el motor que enciende la escena sexual. Pero también se ha comprobado que la gente con bajo deseo sexual, tiene pocas fantasías sexuales y muchas veces se benefician usando y construyendo fantasías de manera positiva.